Todo el mundo puede ser un buen líder, en la medida en la que tenga
experiencia que transmitir así como la habilidad, el tiempo y la
dedicación para hacerlo. Un líder de verdad es una persona excepcional y
extremadamente valiosa.
Signos de un buen líder
La primera consideración importante a la hora de convertirse en líder es que esto significa la formación de una relación y no el simple hecho de traspasar una función. En otras palabras, es un compromiso a largo plazo.
Por supuesto, es posible formarse para llegar a ser un buen líder pero sólo si ya posee habilidades interpersonales vitales que puedan ser desarrolladas más aún.
Estas incluyen:
- Un interés en ayudar a otros a que tengan éxito — incluso si en algún momento llegaran a tomar la delantera a sus logros.
- Conocimiento — ser genial en su trabajo y saber de lo que habla.
- Compromiso — tener un interés genuino en los otros, el deseo de formar una relación y sentir y demostrar preocupación.
- Confianza - la capacidad de mantener las cosas entre ustedes.
- Accesibilidad — no ser una persona intimidadora, sino permisible y afectuosa.
- Sinceridad — es decir, la capacidad de proporcionar respuestas directas.
- Escuchar de forma activa y preguntar — como corregir con ejemplos, reflejar problemas pasados, comprobar si se entiende lo dicho, minimizar las suposiciones, y no interrumpir.
- Empatía — comprender y reconocer la experiencia de otros sin sentir la necesidad de añadir anécdotas propias.
- Neutralidad — no se precipite con culpas sino busque soluciones objetivas a problemas o errores.
- Guíe, pero no resuelva — la capacidad para mantenerse al margen, proporcionar consejos sutiles pero permitir que los otros tomen sus propias decisiones, cometan sus fallos y consigan sus éxitos.
Es la cualidad final que quizás sea definitiva de un modo más claro de su capacidad como líder.
El equilibrio entre ayudar y sobre-ayudar es un equilibrio delicado, que debe ser comprendido de forma instintiva y no enseñado en clase.
Los secretos para ser un mentor con éxito
- Es una asociación - No le gustarán todos sus protegidos. Y usted no le gustará a todos los protegidos. Intente elegir personas con una formación, experiencia y personalidad compatible. Si después de dos o tres reuniones no se ha creado un lazo, busque otro.
- Definir objetivos - Evite sugerirlos usted mismo, ayude a su protegido a definir sus propios objetivos. Su trabajo es asegurarse de que estos son tangibles y alcanzables.
- Establecer directrices - Acuerden la frecuencia de sus reuniones y qué cantidad de comunicaciones por e-mail y por teléfono funcionará mejor para ambos.
- Comunicación - Esto significa que ambos deben escuchar y hablar. Establezca las áreas de potencial y debilidad de su protegido por medio de preguntas y escuche activamente.
- Comparta, no enseñe - usted no es ni un jefe ni un profesor. Su papel es poner a la disposición de su protegido la experiencia obtenida en su vida laboral para que éste pueda aprender de ella. No piense que siempre debe proporcionar respuestas. A veces lo mejor es mutua exploración.
- Haga un seguimiento del progreso. Es la mejor manera de mostrar a su protegido lo lejos que ha llegado.